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Qué ver

Iglesia Parroquial de San Sebastián Mártir

La iglesia, ubicada en la Plaza de España, justo frente a la casa consistorial y una fuente del siglo XX, destaca por su particular mezcla de estilos arquitectónicos, ya que fue construida durante una época de transición artística. Según el conde de Cedillo, su edificación se llevó a cabo entre los siglos XV y XVI, una época en la que coexistían el estilo gótico y el renacentista. Este carácter transitorio se refleja en la estructura, aunque predomina el estilo renacentista.

El exterior de la iglesia presenta una entrada principal en arco conopial apuntado, un elemento característico del gótico, mientras que la puerta lateral tiene un arco de medio punto, propio del renacimiento, al igual que la gran bóveda de cañón que se alza bajo la entrada principal. Aunque los ventanales son escasos, las vidrieras aportan una abundante gama de colores al interior del templo.

El interior es más rico y detallado que el exterior. Tres arcos de medio punto renacentistas, construidos en piedra, separan las naves laterales de la nave central. Un arco apuntado, típico del estilo gótico, marca la separación entre el cuerpo de la iglesia y la cúpula que alberga el altar. Los techos, inclinados hacia los laterales, están hechos de madera, y los retablos cuentan con una abundancia de detalles. El retablo principal alberga imágenes de Jesús y los apóstoles, mientras que el retablo lateral derecho está dedicado a San Sebastián Mártir, y el izquierdo a la Virgen María.

La iglesia está construida en piedra de tonos cálidos en su exterior, mientras que los arcos interiores son de piedra gris. El techo es de madera, y el suelo está cubierto con baldosas de cerámica porcelánica.

El campanario, lo más destacado y visible de la iglesia, se construyó en una etapa posterior a la edificación principal. Con una altura cercana a los 20 metros, alberga cinco campanas, de las cuales solo una, la más pequeña, posee un sistema de volteo, mientras que el resto se hace sonar mediante un sistema de martillos. Aunque se desconoce el nombre de la fundidora de las campanas, se sabe que la mayor fue fundida en el año 1700.

Ermita de Ntra. Sra. del Prado

Otro de los monumentos más emblemáticos de Mohedas es la ermita de Nuestra Señora del Prado, patrona del pueblo. De estilo renacentista, presenta una planta de tres naves, separadas por elegantes columnas de orden dórico. A ambos lados de la entrada principal se pueden observar aras romanas, vestigios de su pasado histórico. Sobre la fachada principal se eleva una airosa espadaña, que a menudo es aprovechada por las cigüeñas para anidar.

Se cree que la ermita fue construida sobre un antiguo templo romano. Antes de la edificación actual, existió en el mismo lugar una iglesia llamada «La Panchosa», de la cual se tienen registros que datan del año 1427. Posteriormente, esta iglesia fue reemplazada por la ermita que conocemos hoy.

La ermita está situada junto al camino que conduce hacia el Puerto de San Vicente, lo que la convirtió en una parada obligatoria para los peregrinos que se dirigían a Guadalupe.

Recientemente la ermita ha sido objeto de diversas obras de restauración, tras haber sido cerrada en octubre de 2022 por el deterioro de la estructura. Con un presupuesto elevado, los vecinos, liderados por el párroco Ángel Verdugo, han recaudado gran parte del dinero a través de actividades culturales y deportivas, lo que permitió iniciar las obras en abril de 2023. La restauración incluye el desmontaje completo del ábside y las tejas de las naves laterales, destacándose la unión y dedicación de los habitantes en el proceso de recuperación.

La imagen de Nuestra Señora del Prado es profundamente venerada en Mohedas. En 1940, según consta en el Archivo Parroquial, se constituyó la «Piadosa Cofradía de Mujeres de Nuestra Señora la Virgen del Prado», aunque su origen parece ser aún más antiguo. Actualmente, esta cofradía cuenta con más de cien hermanas, quienes mantienen viva la devoción a la patrona del pueblo.

Casa del Obispo

Juan Álvarez de Castro (1724-1809) fue un obispo español nacido en Mohedas de la Jara, Toledo. Fue párroco en varias localidades antes de ser nombrado obispo de Coria en 1790. Durante la Guerra de Independencia Española, destacó por su firme oposición a la invasión francesa, animando a los españoles a resistir. A pesar de su avanzada edad y mala salud, apoyó la causa con recursos y escritos. Fue asesinado brutalmente por tropas francesas en 1809 en Hoyos, Cáceres, donde fue enterrado en secreto.

Recientemente se ha conmemorado el Tercer Centenario del nacimiento de Don Juan Álvarez de Castro. Este significativo aniversario ha dado lugar a la realización de diversos eventos a lo largo de los últimos meses, los cuales han incluido conferencias, excursiones y la inauguración de una exposición dedicada a la vida y obra del obispo. Estas actividades han culminado en un acto central al que asistieron vecinos de nuestro querido pueblo de Hoyos, lugar de fallecimiento de Don Juan Álvarez de Castro.